En los sistemas de control de fluidos de baja temperatura, las piezas fundidas de acero al carbono de baja temperatura LCB (ASTM A352 Grado LCB), con sus características de garantía de seguridad integral, se han convertido en la opción confiable en la industria. Desde la perspectiva de la seguridad intrínseca del material, su diseño con bajo contenido de carbono de ≤0,20 % y el refuerzo del elemento de níquel de 0,20-0,50 % permiten que el material mantenga una tenacidad al impacto de más de 27 J incluso en un ambiente extremadamente frío de -46 ℃, que es 1,7 veces mayor que la del acero al carbono ordinario (10 J). Esto elimina el riesgo de fragilidad a baja temperatura desde la raíz y evita accidentes por fugas de medio causados por la rotura del cuerpo de la válvula.
En términos de seguridad estructural, las piezas fundidas LCB adoptan un proceso de fundición integral y el cuerpo de la válvula no tiene soldaduras de empalme, lo que reduce los puntos de concentración de tensiones. Se han realizado pruebas no destructivas (UT/MT) para garantizar que ningún defecto interno supere el estándar. La resistencia a la presión es más de 1,5 veces la presión de diseño y aún puede mantener la estabilidad estructural en condiciones de baja temperatura y alta presión (como 10 MPa, -40 ℃). En términos de seguridad de sellado, mediante un procesamiento de alta precisión (con un acabado de superficie de sellado de Ra0,8μm) y la combinación de materiales de sellado de alta calidad (como caucho de nitrilo especial para bajas temperaturas), la tasa de fuga de las válvulas LCB es ≤1×10⁻⁶mL/s, que es mucho menor que el estándar de la industria de 1×10⁻⁴mL/s. Además, la excelente resistencia a la fatiga de LCB le permite soportar más de 100.000 operaciones de apertura y cierre. Incluso después de un uso prolongado, aún puede mantener un rendimiento estable, proporcionando una sólida línea de defensa para la seguridad del personal, los equipos y el medio ambiente en condiciones de baja temperatura.